News from tierras lusitanas

«Y arriba y abajo, y arriba y abajo». No es que estemos haciendo fitness (si llego a escribir «gimnasia», me echan). Estamos caminando por tierras lusitanas. Si bien el terreno de todo lo que hemos recorrido es en general bastante escarpado, se ve que a los portugueses les encanta armar ciudades donde el terreno lo es más, porque Lisboa no le va en zaga a Porto en subidas y bajadas. Y si se piensa por un momento en Salvador de Bahía, donde tenían otras posibilidades, zás, allá encajan la ciudad con las subidas y bajadas del Pelourinho. La diferencia es que aquí no nos hemos cruzado con el espíritu de Vadinho (aunque sin dudas por aquí también debe haber más de uno, quizás cantando fado en vez de sambando).

Porto lo hemos dejado el jueves pasado para venirnos a Lisboa. Por suerte (y gracias a los bomberos) los incendios estaban controlados por la zona de Porto, así que la autopista, si bien estaba con bastante humo en el aire, no tenía fuego en las banquinas (si quieren vean el post News from Portugal: a terra está em chamas )

Luego de dejar las cacharpas en el hotel, nos fuimos para el centro mismo de Lisboa, a recordar tiempos pasados, cuando por unas horas hicimos escala con el crucero que iba de Hamburgo a Buenos Aires. Nelsa corre con ventaja, pues aquí estuvo en otra oportunidad, antes de que yo la conociera.

Lisboa nos recibió con calor y sin humo. La amplitud térmica es bastante grande, porque pasa de 30 o 31 grados de temperatura a 19 en el correr de las horas. Ayer que volvimos al hotel a eso de las 8 de la noche, soplaba el viento, lo que hizo que el fresco realmente se sintiera.

El centro de la ciudad está lleno de turistas y los precios de las bebidas en los bares de la zona están de acuerdo a esta situación. Pero si quieres pescado, mojate el culo dice el refrán. Y hablando de precios, hemos encontrado con sorpresa que Portugal es más caro que España, cuando a priori pensábamos exactamente lo contrario. Los peajes en las autopistas son considerables y la nafta por ejemplo, mientras que en España está más o menos a 1,19 euros, aquí en Portugal cuesta 1,44 euros. El boleto de ómnibus cuesta 1,80 euros y el metro 1,20 euros. Para los que están pensando por qué estos salames no se mueven con el auto, les contesto que si quieren disfrutar de las vacaciones se muevan en transporte público, pues hay autos por todas partes, especialmente entre semana.

Al día siguiente de nuestra llegada fuimos para el castillo de San Jorge, que se encuentra, oh casualidad, en la colina más alta que hay en el barrio de Alfama. Intentamos subir con el tranvía 28 (si no me acuerdo mal ese era el número), pero cuando vimos la cola de gente que estaba esperando para tomarlo desistimos de la idea. «Vivos» hay en todas partes y en todos los idiomas. Cuando llegó uno de los tranvías a la parada para que subiera la gente, una pareja se subió muy oronda sin hacer la cola. Los que estaban haciendo la cola casi los matan y los sacaron del forro del tranvía. En esa viveza fue que nos enteramos por las puteadas que les pegaban, que la gente había estado haciendo cola por más de una hora y media antes de poder subirse al tranvía en cuestión. Para poner contenta a Nelsa en las subidas que teníamos por delante, le propuse cantar el himno número 4 «alabado sea el Señor» y así arrancamos subiendo los escalones. También le hice ver la ventaja que tenía, que se podía sentir como en Montmartre subiendo por las escaleras, pero me parece que no hubo argumento valedero para minimizar la subida. Ni siquiera la promesa, fijada en carteles, que se va a poner una escalera mecánica y que por esa razón, determinados árboles se van a quitar. Cuándo, ni idea (si es como en Montevideo, nunca).

Llegados a la cima de la colina más alta que hay en el barrio de Alfama (la madre que los parió) y ya afónicos de cantar con alegría el himno número 4 «alabado sea el Señor», nos dirigimos a las ruinas del castillo para iniciar la visita. Como se podrán imaginar, era una romería, principalmente la entrada. Las vistas desde el castillo y desde la colina más alta que hay en el barrio de Alfama valen la pena el esfuerzo de la subida y de cantar mientras tanto el himno número 4 (dicen que ocurrió un milagro esa mañana y fue que el Señor desclavó sus brazos de la cruz para taparse los oidos mientras decía: «no más, por favor, no más»).

Castillo de San Jorge

Castillo de San Jorge

Desde el castillo nos fuimos caminando otra vez hacia abajo, hacia los barrios de enfrente, Chiado y el Barrio Alto. O sea, bajar y subir. Pero no tan simple como la frase escrita. No sé cómo hacen pero a veces en la bajada de repente tienes que subir para volver a bajar, todo eso bajo un sol rajante (no me quejo) y con un buen calor. En honor de la verdad, Nelsa tampoco se queja del calor, aunque a veces veo su rostro, cuando hace mucho calor y parece una manzanita colorada.

En el camino hacia el barrio Chiado, cruzando casi la calle principal, vimos que venía una manifestación protestando por trabajo. Habíamos visto a esa gente protestando bastante más temprano frente a un edificio (que supongo que era del gobierno) vigilados por unos pocos policías. Pero ahora, la manifestación se dirigía hacia una masa de policías cuyo aspecto no era muy tranquilizador, así que decidimos dejar esa calle y rajar lo más pronto posible para el Chiado y el Barrio Alto. Por esa zona, que no es de aspecto muy recomendable, nos cruzamos con una mujer que estaba haciendo el oficio más viejo del mundo, enfundada en un vestido rojo y luego más tarde dos afrodescendientes (no vaya a decir «negros» que me tildan de racista) que tenían una pinta que me hizo decir a Nelsa: «qué lindo para cruzárselos de noche». Finalmente llegamos al café «A brasileira» (está en el barrio Chiado), que es un viejo café muy típico, con un aire del Café Brasilero de Montevideo (y algo del Sorocabana).

Cafe A Brasileira

Anduvimos un rato por el barrio Alto, subiendo y bajando. Si bien las paredes en algunos edificios están azulejados, algunas de sus calles estrechas me hicieron acordar a Nápoles, con sus ropas colgadas, aunque en esta última ciudad, la cantidad de ropa colgada es mucho mayor.

Barrio alto

Por último, les paso mi nueva «oficina» aquí en Lisboa, mientras tengo que trabajar a distancia con Planet y también a escribir algo para este blog. Si estoy medio dejado, viendo la foto espero que comprendan.

Nueva oficina

Nueva oficina

Hasta el próximo News

Un comentario en “News from tierras lusitanas

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